Bernardino Rivadavia, el primer presidente argentino, murió en Cádiz El 2 de septiembre de 1845.
Durante las invasiones inglesas. Se incorporó a las milicias con el grado de Capitán en el cuerpo de "gallegos" donde tuvo una destacada actuación.
Rivadavia participó del Cabildo Abierto del 25 de Mayo y votó contra la continuidad del virrey. Pero no tuvo un rol protagónico en los sucesos de mayo.
En el Triunvirato la personalidad política de Rivadavia se impuso desde el primer momento y se tornó protagónica. Sancionó e hizo jurar el Estatuto, por el cual el Triunvirato se transformaba en la autoridad máxima, disolviendo la Junta Grande.
La llegada de San Martín y Alvear a Buenos Aires, en 1812, y la creación de la Logia Lautaro, se convirtieron en un obstáculo para el poder de Rivadavia, esto sumados a las sucesivas derrotas militares sufridas por los ejércitos patriotas, precipitaron los acontecimientos y provocaron la "revolución" del 8 de octubre de 1812, el primer golpe de estado de la historia argentina.
Tras esta derrota, Rivadavia desapareció por dos años de la escena política, hasta que en abril de 1821 fue nombrado como ministro de gobierno.
Rivadavia suprimió los Cabildos, último resabio de la organización política colonial, y estableció una novedosa ley electoral que incluía el sufragio universal, con las limitaciones propias de la época. La nueva ley establecía que tenían derecho al voto todos los hombres libres nativos del país o avecindados en él mayores de 20 años.
El 6 de febrero de 1826 se crea el cargo de Presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata. El candidato elegido fue justamente Rivadavia. La ciudad de Buenos Aires quedaba bajo la autoridad nacional, hasta que ésta organizara una provincia. Bernardino renunció en junio de 1827 y se retiró definitivamente de la vida pública.
En 1829 parte hacia Francia, dejando a su familia en Buenos Aires. Y decidió a fines de 1842 partir hacia Cádiz, donde se instaló en una modesta casa del barrio de la Constitución a los sesenta y cinco años de edad. El 2 de septiembre de 1845, murió pidiendo que su cuerpo "no volviera jamás a Buenos Aires". Sin embargo sus restos fueron repatriados en 1857 y desde 1932 descansan en el mausoleo levantado en su honor en Plaza Miserere.
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