lunes, 10 de noviembre de 2008

LUDOPATÍA: LA ENFERMEDAD DE LOS ADICTOS AL JUEGO

PRIMERA PARTE
Desde hace un tiempo atrás creció la importancia del juego en la vida de las personas. En la Argentina la adicción al juego se ha incrementado de manera escalofriante a partir de la década de los noventa.
La “timba” aquel ritual al que se juntaban a jugar los abuelos, ya dejó de pertenecer solamente a la tercera edad. Estadísticas recientes reflejan que el 40% de los nuevos jugadores en los últimos 5 años son jóvenes menores a 30 años.
Los programas televisivos empezaron ofreciendo juegos en vivo por dinero a través de sorteos, acertijos y mensajes de texto. En Paraná y en Santa Fe se inauguraron los casinos. Los bingos, la quiniela y el hipódromo siguen vigentes a pesar de ser los más antiguos.
En general estos tipos de juego apuntan a personas que sueñan con un mundo de cosas materiales a las que no pueden acceder por medio del trabajo particular. Este informe está pensado para dar a conocer la enfermedad que sufren los adictos al juego: la LUDOPATÍA.

La Ludopatía es un trastorno mental que empuja a las personas a un incontrolable impulso a jugar.
Puede destruir todo lo que es significativo en la vida de ese individuo.
Esta enfermedad actúa sobre la voluntad y el raciocinio del jugador. Altera su percepción de la realidad y su escala de valores.
Es una adicción de naturaleza progresiva que nunca puede curarse, pero que puede detenerse.
Cuando los especialistas tratan con personas afectadas por la problemática, deben reconocer la personalidad de estas. En general, es una persona con baja tolerancia a la frustración y egoísta. Tiene baja autoestima y una fuerte carencia en las primeras relaciones sociales.
El juego se define como cualquier apuesta o participación en apuesta. No importa si es para sí mismo o para otros. Si es por dinero o no. Lo que caracteriza esta actividad es cuando el resultado es incierto, lo que introduce el azar para ganar.
Lo que no se ha visto hasta ahora es que estas alteraciones tienen un reflejo visible en áreas específicas del cerebro. Son las zonas donde se creen que se localizan los mecanismos de recompensa.
Pese a los enormes esfuerzos de los investigadores en los últimos años, poco se conoce acerca de la naturaleza de las adicciones. Diversos factores, como los familiares y sociales en general, se barajan como posible origen de estas enfermedades.
Las bases biológicas de la ludopatía se asemejan a otras adicciones como el consumo de psicofármacos. Inclusive está catalogada como una adicción en estado puro, ya que involucra aspectos de trastornos adictivos como síntomas de abstinencia.
Se considera que la característica esencial de la ludopatía es un comportamiento persistente y recurrente, que altera la continuidad de la vida personal, familiar o profesional.





SEGUNDA PARTE
Para un adicto lo peor es ganar. Este hecho lo enlaza con un refuerzo de la conducta. Lo entrama con fantasías que le hacen pensar que en algún momento sacará la lotería, o hará saltar la banca en el casino para compensar sus pérdidas. Esa circunstancia lo hace entrar en un círculo vicioso que nunca termina.

Los jugadores compulsivos se ven así mismos como personas filantrópicas y simpáticas. Sueñan a veces con regalar autos nuevos y otros lujos a sus allegados. Los adictos suelen imaginarse una vida cómoda y elegante, que se hará posible gracias a las enormes cantidades de dinero que hipotéticamente ganarán.
Para curarse, el jugador compulsivo necesita primero aceptar que se encuentra en las garras de una enfermedad progresiva. En segundo lugar, debe tener el deseo de recuperarse.
Sin embargo, no siempre serán efectivos los tratamientos mientras los enfermos no se enfrenten honestamente y acepten que padecen esta patología.
Se sugiere como primera instancia a un jugador compulsivo que quiera dejar ese mal hábito que solicite ayuda profesional.

Existen algunas características del jugador compulsivo como por ejemplo:

1)No poder ni querer aceptar la realidad. De ahí el escape hacia el mundo de los sueños que representa el jugar.
2) Inseguridad emocional. Un jugador compulsivo sólo se siente emocionalmente confortable cuando está “en acción”.
3) Inmadurez. Un deseo de tener todas las cosas buenas de la vida sin ningún esfuerzo de su parte, parece ser el patrón común del carácter de los jugadores compulsivos.
4)El jugador compulsivo, también parece tener una urgente necesidad interior de ser “alguien importante” y necesita sentirse todopoderoso.

Este tipo de personas que padecen una enfermedad de esta índole está dispuesta a hacer casi todo con tal de mantener la imagen que quiere que otros vean de él. Inclusive, actos de naturaleza antisocial.
En Entre Ríos existe la oficina de Prevenjuego, un área para recuperar a jugadores compulsivos. El Instituto de ayuda financiera a la acción social (IAFAS) tiene un área específica cuyo objetivo es tratar de recuperar a las personas adictas al juego.
El departamento está a cargo de un grupo de psicólogos que intentan detectar a jugadores compulsivos para ofrecerles ayuda.
Las reuniones son grupales, ya que el tratamiento no está dirigido solo al paciente sino también a su grupo familiar.

Entendemos que el juego es una conducta que adoptamos de pequeños a manera de entretenimiento. Pero hay que saber diferenciar bien los conceptos entre juego y vicio, entre enfermedad y placer. No castigamos ni alentamos, solamente advertimos.


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